.
Es imposible precisar el número de bajas de las dos partes contendientes en los combates del martes 11.
El diario del Sr. Ernesto Madero calcula que ascendieron a trescientos muertos y quinientos heridos, cifras quo no nos parecen exageradas si se tiene en cuenta el encarnizamiento con que se peleó y duración de la lucha.
MIERCOLES 12.
La noche no registró al parecer ningún combate formal. Se oyeron con largos intervalos de silencio breves tiroteos y uno que otro disparo de cañón.
Al amanecer, los soldados volvieron a ocupar sus puestos y se reanudo el fuego.
Poco después entró por la calle de Zarco una fuerza federal y empezó a tomar posiciones.
Probablemente en la Ciudadela tuvieron noticia de esta circunstancia, porque algunas granadas empezaron a reventar en el camino que seguía la tropa.
Como a las ocho y media una bala de cañón rompió la puerta Mariana del Palacio Nacional y mató al Comandante de la Guardia y a 6 soldados que allí se hallaban, destruyendo a la vez dos fusiles Maxim que por precaución habían sido emplazados en la misma entrada.
El Jefe del departamento de la Secretaría de Guerra reunió a los empleados para exhortarlos a qua ayudaran al Gobierno y tomaran las armas para defender en caso necesario el edificio. De doscientos aceptaron únicamente quince. Los demás dieron un paso al frente para indicar quo no estaban dispuestos a sostener al Sr. Madero en la forma que no los pedía. Y Las granadas continuaban estallando contra las paredes del viejo palacio virreinal y enviando en todas direcciones sus fragmentos de hierro...
A las once la Secretaría de Guerra recibió mil quinientos fusiles Mauser, quince millones de cartuchos y algunas cajas de granadas para cañones Hostchis de 37 mm.
En torno de la Ciudadela seguía con breves treguas el encarnizado combate.
En la mañana los soldados del 39º Batallón situado rumbo a la Indianilla se retiraron precipitadamente. Las balas crepitaban en las paredes haciendo saltar pedazos de yeso, abriendo pequeños surcos en el asfalto, y pasaban silbando musicalmente. La tropa apresuraba el paso, iba casi en fuga con el ansia de alejarse de aquella zona de muerte.
Un paisano que al abrigo de una fines presenciaba el desfile, le gritó:
¿Por qué corren?
Algunos soldados se volvieron coléricos y mataron al desdichado.
El cañón colocado en la esquina del Campo Florido permaneció inactivo todo el día, pues en la tarde aun tenía completa la dotación de parque. Esta pieza se hallaba a cargo de un oficial y de soldados y era sostenida por un reten de rurales y hombres del 38º Batallón.
Dos oficiales fueron a Tacubaya por dos cañones que allá se encontraban.
En Chapultepec, además de los cadetes había una guarnición de cien hombres entre rurales y soldados del 1er Batallón. Fue prohibida terminantemente la entrada al castillo, y cuantos se aventuraban por el paseo era inmediatamente, detenidos y registrados.
En el llano situado en el ala Poniente de la Reforma fueron emplazadas ocho piezas de artillería con su correspondiente dotación de parque.
COMBATE EN LA 6a. COMISARIA.
Durante la noche anterior los felicistas habían ocupado el edificio de la 6ª Comisaría y emplazado una ametralladora en la torrecilla. Desde ella hostilizaban continuamente a las tropas del Gral. Delgado, distribuidas convenientemente en las calles de Revillagigedo, Victoria, Independencia y San Juan de Letrán. El Gral. Delgado comprendió que era indispensable acabar con ese puesto avanzado, y lanzó una columna contra la Comisaría, entablándose un espantoso combate en que jugó principal papel la artillería. La torre fue abierta a cañonazos, la ametralladora despedazada, muertos la mayor parte de los defensores. Los demás felicistas que se encontraban en el Edificio se retiraron favorecidos por el fuego de las posiciones amigas no sin dejar muchos heridos y muertos en el camino.
Por el sur las fuerzas del Capitán Robert se hacen fuertes en la Cárcel de Belem y son desalojados por violentísimo cañoneo.
INTRODUCCION DE VIVERES.
El 12 fue día feliz par los revolucionarios, porque logaron introducir a la Ciudadela varios carros de pan y una gran cantidad de leche.
De los grandes llanos y Clemente Jaques adquirieron además muchos artículos de primera necesidad. Se dijo que la introducción de víveres fue al amparo de la Cruz Roja y con este motivo el gobierno desconoció a la institución y dictó algunas órdenes para que se impidiera a los miembros de ésta el paso por la zona de combate.
El mismo día el gobierno se posesionó de las oficinas de la "Compañía Telefónica 'Ericson" y puso allí en calidad de inspector a un diputado apellidado García de la Cadena. Igual cosa trató de hacer con la "Compañía de Teléfonos "La Mexicana," pero ésta no quiso plegarse a las exigencias del gobierno y no se insistió más por tratarse de intereses americanos.
El Embajador de los Estados Unidos y los Ministros de España y Alemania hicieron una visita, al Presidente y hablaron largamente sobre la delicada situación de la República y especialmente de la Capital. El Sr. Madero se mostró muy optimista y sonriendo como siempre aseguró a los diplomáticos qua la rebelión sería dominada en 24 o 36 horas.
Embajador y Ministro estuvieron después a ver al Sr. Gral. Félix Díaz en la Ciudadela, donde los recibieron con los honores de ordenanza. A las representaciones que le hicieron, el Jefe sublevado contestó que no había hecho fuego sobre la ciudad sino para repeler el avance de las columnas maderistas. En seguida mostró personalmente la fortaleza a los distinguidos visitantes para que pudieran apreciar por si mismos el estado de ella, los elementos de combate con que contaba y la excelente moral de su gente.
Ese mismo día el Presidente Taft celebró una junta extraordinaria para tratar los asuntos de México. Concurrieron el Secretario Knox y los Ministros do Guerra y de Marina. Se acordó enviar buques de guerra a Veracruz, Tampico y Mazatlán.
Los Senadores americanos se negaron a hacer declaraciones. Solo el senador Fillman consintió en decir algo.
"El Presidente Taft, —expresó— debe ser muy cauto a fin de no comprometer a los Estados Unidos en una guerra con México en los momentos de entregar su puesto al sucesor. Ninguna desgracia sería comparable a la de una guerra inicua en estas circunstancias. Debemos hacer lo estrictamente indispensable para proteger el honor nacional, y si por alguna causa tenemos que mezclarnos en los asuntos de México, hagámonos a un lado lo más pronto posible."
La noticia de la junta causó penosa impresión. El vago peligro de la intervención empezaba a concretarse. Era evidente para todos que si la contienda no terminaba pronto, estallaría sobre la República la temida tempestad. Solo el Sr. Madero sonreía y continuaba diciendo:
—No es nada, no es nada...
La decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913.
Notas en cursivas extraídas de documentos del Archivo Histórico SEDENA, y otras fuentes bibliográficas.
También se puede leer:
Shrapnel.
El horror. Cremación de cuerpos en la vía pública.
La Decena Trágica. Antecedentes. La "H. J,. Gutiérrez" previo a la decena.
La Decena Trágica. Los fotógrafos.
La Decena trágica. La cámara anónima.
La Decena Trágica. La competencia.
La Decena Trágica. Gutiérrez-Retes.
La Decena Trágica. Tarjetas conmemorativas I. Serie editada por la American Book & Printing Co.
Decena Trágica. Daguerre o Escobar.
Decena Trágica. H. J. Gutiérrez. Serie de 63 fotografías.
"H. J. Gutiérrez", la Decena Trágica. Análisis de la serie fotográfica de la "H. J. Gutiérrez".
LOS HECHOS:
Domingo 9
Santiago Tlaltelolco.
Lunes 10
Martes 11
Miércoles 12
Jueves 13
Viernes 14
Sábado 15
Domingo 16
Lunes 17
Martes 18
Miércoles 19
Jueves 20
Es imposible precisar el número de bajas de las dos partes contendientes en los combates del martes 11.
El diario del Sr. Ernesto Madero calcula que ascendieron a trescientos muertos y quinientos heridos, cifras quo no nos parecen exageradas si se tiene en cuenta el encarnizamiento con que se peleó y duración de la lucha.
MIERCOLES 12.
La noche no registró al parecer ningún combate formal. Se oyeron con largos intervalos de silencio breves tiroteos y uno que otro disparo de cañón.
Al amanecer, los soldados volvieron a ocupar sus puestos y se reanudo el fuego.
Poco después entró por la calle de Zarco una fuerza federal y empezó a tomar posiciones.
Probablemente en la Ciudadela tuvieron noticia de esta circunstancia, porque algunas granadas empezaron a reventar en el camino que seguía la tropa.
Como a las ocho y media una bala de cañón rompió la puerta Mariana del Palacio Nacional y mató al Comandante de la Guardia y a 6 soldados que allí se hallaban, destruyendo a la vez dos fusiles Maxim que por precaución habían sido emplazados en la misma entrada.
El Jefe del departamento de la Secretaría de Guerra reunió a los empleados para exhortarlos a qua ayudaran al Gobierno y tomaran las armas para defender en caso necesario el edificio. De doscientos aceptaron únicamente quince. Los demás dieron un paso al frente para indicar quo no estaban dispuestos a sostener al Sr. Madero en la forma que no los pedía. Y Las granadas continuaban estallando contra las paredes del viejo palacio virreinal y enviando en todas direcciones sus fragmentos de hierro...
A las once la Secretaría de Guerra recibió mil quinientos fusiles Mauser, quince millones de cartuchos y algunas cajas de granadas para cañones Hostchis de 37 mm.
En torno de la Ciudadela seguía con breves treguas el encarnizado combate.
En la mañana los soldados del 39º Batallón situado rumbo a la Indianilla se retiraron precipitadamente. Las balas crepitaban en las paredes haciendo saltar pedazos de yeso, abriendo pequeños surcos en el asfalto, y pasaban silbando musicalmente. La tropa apresuraba el paso, iba casi en fuga con el ansia de alejarse de aquella zona de muerte.
Un paisano que al abrigo de una fines presenciaba el desfile, le gritó:
¿Por qué corren?
Algunos soldados se volvieron coléricos y mataron al desdichado.
Imagen estática, extraída de un film de la Decena Trágica, Filmoteca UNAM. Tropas del Gral. Cauz en la calle de Cuahtemotzin.
Reporte del Mayor Robert: a las 8 am, la fuerza que ocupaba la referida cárcel se retiro al Parque de Ingenieros, en virtud de la orden verbal del C. Coronel Francisco Romero, jefe de la línea. A las 12 am y a causa de nueva orden superior, la fuerza de mi mando se retiro nuevamente, junto con tropa de los batallones 3º, al mando del coronel de ingenieros Francisco Romero y 49º parque de ingenieros y 51º cuerpo de rurales, por calles de Cuauhtemotzin hasta el crucero con las calles de San Juan de Letrán, donde se estableció también una sección de artillería.
Reporte del Mayor Robert: a las 8 am, la fuerza que ocupaba la referida cárcel se retiro al Parque de Ingenieros, en virtud de la orden verbal del C. Coronel Francisco Romero, jefe de la línea. A las 12 am y a causa de nueva orden superior, la fuerza de mi mando se retiro nuevamente, junto con tropa de los batallones 3º, al mando del coronel de ingenieros Francisco Romero y 49º parque de ingenieros y 51º cuerpo de rurales, por calles de Cuauhtemotzin hasta el crucero con las calles de San Juan de Letrán, donde se estableció también una sección de artillería.
Fotografía anónima, FINAH. Soldados en la esquina de Niño Perdido y Cuahtemotzin, hoy Fray Servando Teresa de Mier.
Fotografía de Aurelio Escobar Castellanos, publicada por H. J. Gutiérrez, "Nº2 Federales atacando Felicistas.", fechada el 12 de Feb. La calle de Cuauhtemotzin, terminaba en un callejón hacía el poniente, sin existir la actual calle de Dr. Río de la Loza.
El cañón colocado en la esquina del Campo Florido permaneció inactivo todo el día, pues en la tarde aun tenía completa la dotación de parque. Esta pieza se hallaba a cargo de un oficial y de soldados y era sostenida por un reten de rurales y hombres del 38º Batallón.
Dos oficiales fueron a Tacubaya por dos cañones que allá se encontraban.
En Chapultepec, además de los cadetes había una guarnición de cien hombres entre rurales y soldados del 1er Batallón. Fue prohibida terminantemente la entrada al castillo, y cuantos se aventuraban por el paseo era inmediatamente, detenidos y registrados.
En el llano situado en el ala Poniente de la Reforma fueron emplazadas ocho piezas de artillería con su correspondiente dotación de parque.
Postal anónima, "nº39 Artillería del Gral. Ángeles". En ocasiones, verciones de la misma imagen se han atribuido a Hugo Brehme. En la fotografía solo se aprecian 4 de la ocho piezas de artillería, mismas que estaban en las inmediaciones de la Columna de la Independencia.
COMBATE EN LA 6a. COMISARIA.
Durante la noche anterior los felicistas habían ocupado el edificio de la 6ª Comisaría y emplazado una ametralladora en la torrecilla. Desde ella hostilizaban continuamente a las tropas del Gral. Delgado, distribuidas convenientemente en las calles de Revillagigedo, Victoria, Independencia y San Juan de Letrán. El Gral. Delgado comprendió que era indispensable acabar con ese puesto avanzado, y lanzó una columna contra la Comisaría, entablándose un espantoso combate en que jugó principal papel la artillería. La torre fue abierta a cañonazos, la ametralladora despedazada, muertos la mayor parte de los defensores. Los demás felicistas que se encontraban en el Edificio se retiraron favorecidos por el fuego de las posiciones amigas no sin dejar muchos heridos y muertos en el camino.
El ataque se continua hasta el jardín Carlos Pacheco, anteriormente conocido como Plaza de la Candelarita, retirándose las tropas felicistas que se habían posesionado de las casas en la calle de Pescaditos. Razón por la cual más tarde se dan los trabajos para cavar una trinchera sobre la calle de San Antonio, y evitar el avance sobre la Ciudadela.
Secuencia extraída de "Memorias de un Mexicano" de S. Toscano, disparo y acierto sobre la torre de la 6ª Comisaría, el cañón se colocó en la esquina de Revillagigedo y Nuevo México. Con probabilidad se trata de la pieza a cargo del 20/o Batallón de Agustín Llaguno.
Postal de Aurelio Escobar Castellanos, marcada con el número 28, "6ª Comisaría de Policía", poco después de ser abandonada por los felicistas, vista sobre la calle de Revillagigedo, cuelga una bandera de los Estados Unidos en la contra esquina... En la imagen inferior del mismo autor: "Demarcación de Policía", con la vista sobre la calle de Victoria. Una tercera toma Nº 20, editada por H. J. Gutiérrez se publicó anteriormente en otro post, en la que aparece Enrique Escobar Castellanos. Mostramos otras 3 fotografías anónimas del mismo edificio, y se pueden encontrar en las siguientes ligas: 1, 2, 3, la primera la publicó Enrique Krauze en "Madero Vivo" donde se lee: "Relox de la 6ª Comisaría Victoria y Revillagigedo.08"; la segunda pertenece al Archivo Casasola, 451447, la última publicada por Casasola en "Historia Gráfica de la Revolución Mexican".
Abajo, secuencia extraída de "Memorias de un Mexicano" de S. Toscano; disparo de un cañón asentado en la bocacalle de Revillagigedo y Juárez, por el calibre de la pieza y la ubicación, resulta lógico que se esté apuntando a la 6ª Comisaría, o rumbo a la calle de Pescaditos, las sobras nos indican que es de mañana. Al fondo vemos el esqueleto del Palacio Legislativo, que nunca se concluyo. Se trata probablemente de la sección de artillería del 49/o Batallón a cargo de Francisco Romero.
Por el corto calibre de la artillería involucrada, y por el daño aparente en la misma Comisaría así como en edificios vecinos, se puede inferir que para derruír la torre se requirió de varios impactos.
Abajo, postal anónima, de la colección de la UACJ. Bocacalle de Balderas y San Antonio, sobre la de San Antonio se cava una trinchera, al pasar de los días veremos como va aumentando el volumen del parapeto y acumulación de despojos.
Mientras esto pasaba en la 6a Comisarla, parte de las fuerzas del Gral. Ángeles que habían logrado posesionarse del Hotel Imperial, era desalojado por el fuego de los revolucionarios apostados en el edificio de la Asociación Cristiana de Jóvenes. Los soldados volvieron poco después a la carga y fueron nuevamente rechazados hacia el Paseo de la Reforma, pasándoles igual cosa en las diferentes tentativas que hicieron en el resto del día para recobrar la posición.Secuencia extraída de "Memorias de un Mexicano" de S. Toscano, disparo y acierto sobre la torre de la 6ª Comisaría, el cañón se colocó en la esquina de Revillagigedo y Nuevo México. Con probabilidad se trata de la pieza a cargo del 20/o Batallón de Agustín Llaguno.
Postal de Aurelio Escobar Castellanos, marcada con el número 28, "6ª Comisaría de Policía", poco después de ser abandonada por los felicistas, vista sobre la calle de Revillagigedo, cuelga una bandera de los Estados Unidos en la contra esquina... En la imagen inferior del mismo autor: "Demarcación de Policía", con la vista sobre la calle de Victoria. Una tercera toma Nº 20, editada por H. J. Gutiérrez se publicó anteriormente en otro post, en la que aparece Enrique Escobar Castellanos. Mostramos otras 3 fotografías anónimas del mismo edificio, y se pueden encontrar en las siguientes ligas: 1, 2, 3, la primera la publicó Enrique Krauze en "Madero Vivo" donde se lee: "Relox de la 6ª Comisaría Victoria y Revillagigedo.08"; la segunda pertenece al Archivo Casasola, 451447, la última publicada por Casasola en "Historia Gráfica de la Revolución Mexican".
Abajo, secuencia extraída de "Memorias de un Mexicano" de S. Toscano; disparo de un cañón asentado en la bocacalle de Revillagigedo y Juárez, por el calibre de la pieza y la ubicación, resulta lógico que se esté apuntando a la 6ª Comisaría, o rumbo a la calle de Pescaditos, las sobras nos indican que es de mañana. Al fondo vemos el esqueleto del Palacio Legislativo, que nunca se concluyo. Se trata probablemente de la sección de artillería del 49/o Batallón a cargo de Francisco Romero.
Por el corto calibre de la artillería involucrada, y por el daño aparente en la misma Comisaría así como en edificios vecinos, se puede inferir que para derruír la torre se requirió de varios impactos.
Abajo, postal anónima, de la colección de la UACJ. Bocacalle de Balderas y San Antonio, sobre la de San Antonio se cava una trinchera, al pasar de los días veremos como va aumentando el volumen del parapeto y acumulación de despojos.
Por el sur las fuerzas del Capitán Robert se hacen fuertes en la Cárcel de Belem y son desalojados por violentísimo cañoneo.
INTRODUCCION DE VIVERES.
El 12 fue día feliz par los revolucionarios, porque logaron introducir a la Ciudadela varios carros de pan y una gran cantidad de leche.
De los grandes llanos y Clemente Jaques adquirieron además muchos artículos de primera necesidad. Se dijo que la introducción de víveres fue al amparo de la Cruz Roja y con este motivo el gobierno desconoció a la institución y dictó algunas órdenes para que se impidiera a los miembros de ésta el paso por la zona de combate.
El mismo día el gobierno se posesionó de las oficinas de la "Compañía Telefónica 'Ericson" y puso allí en calidad de inspector a un diputado apellidado García de la Cadena. Igual cosa trató de hacer con la "Compañía de Teléfonos "La Mexicana," pero ésta no quiso plegarse a las exigencias del gobierno y no se insistió más por tratarse de intereses americanos.
El Embajador de los Estados Unidos y los Ministros de España y Alemania hicieron una visita, al Presidente y hablaron largamente sobre la delicada situación de la República y especialmente de la Capital. El Sr. Madero se mostró muy optimista y sonriendo como siempre aseguró a los diplomáticos qua la rebelión sería dominada en 24 o 36 horas.
Embajador y Ministro estuvieron después a ver al Sr. Gral. Félix Díaz en la Ciudadela, donde los recibieron con los honores de ordenanza. A las representaciones que le hicieron, el Jefe sublevado contestó que no había hecho fuego sobre la ciudad sino para repeler el avance de las columnas maderistas. En seguida mostró personalmente la fortaleza a los distinguidos visitantes para que pudieran apreciar por si mismos el estado de ella, los elementos de combate con que contaba y la excelente moral de su gente.
Ese mismo día el Presidente Taft celebró una junta extraordinaria para tratar los asuntos de México. Concurrieron el Secretario Knox y los Ministros do Guerra y de Marina. Se acordó enviar buques de guerra a Veracruz, Tampico y Mazatlán.
Los Senadores americanos se negaron a hacer declaraciones. Solo el senador Fillman consintió en decir algo.
"El Presidente Taft, —expresó— debe ser muy cauto a fin de no comprometer a los Estados Unidos en una guerra con México en los momentos de entregar su puesto al sucesor. Ninguna desgracia sería comparable a la de una guerra inicua en estas circunstancias. Debemos hacer lo estrictamente indispensable para proteger el honor nacional, y si por alguna causa tenemos que mezclarnos en los asuntos de México, hagámonos a un lado lo más pronto posible."
La noticia de la junta causó penosa impresión. El vago peligro de la intervención empezaba a concretarse. Era evidente para todos que si la contienda no terminaba pronto, estallaría sobre la República la temida tempestad. Solo el Sr. Madero sonreía y continuaba diciendo:
—No es nada, no es nada...
Postal anónima, colección UACJ, "Conducción de los presos Belem".
Abajo, fotografía editada por Casasola en "Historia Gráfica de la Revolución Mexican".
Durante estas operaciones fueron hechos varios prisioneros y remitidos a la Mayoría de Plaza, y se recogieron 21 fusiles sin marca a los presos y dispersos de la cárcel de Belén. Al desocuparse la expresada cárcel el día 12, los presos, libres de custodia, huyeron en masa de la prisión habiendo logrado reaprender con la fuerza a mis órdenes a 900 de ellos aproximadamente, siendo conducidos al Parque de Ingenieros a disposición del C. Coronel Jefe de la Línea. Ernesto Robert, Capitán 1º del Estado Mayor, comandante del Batallón Irregular.
Abajo, fotografía editada por Casasola en "Historia Gráfica de la Revolución Mexican".
Durante estas operaciones fueron hechos varios prisioneros y remitidos a la Mayoría de Plaza, y se recogieron 21 fusiles sin marca a los presos y dispersos de la cárcel de Belén. Al desocuparse la expresada cárcel el día 12, los presos, libres de custodia, huyeron en masa de la prisión habiendo logrado reaprender con la fuerza a mis órdenes a 900 de ellos aproximadamente, siendo conducidos al Parque de Ingenieros a disposición del C. Coronel Jefe de la Línea. Ernesto Robert, Capitán 1º del Estado Mayor, comandante del Batallón Irregular.
La decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913.
Notas en cursivas extraídas de documentos del Archivo Histórico SEDENA, y otras fuentes bibliográficas.
También se puede leer:
Shrapnel.
El horror. Cremación de cuerpos en la vía pública.
La Decena Trágica. Antecedentes. La "H. J,. Gutiérrez" previo a la decena.
La Decena Trágica. Los fotógrafos.
La Decena trágica. La cámara anónima.
La Decena Trágica. La competencia.
La Decena Trágica. Gutiérrez-Retes.
La Decena Trágica. Tarjetas conmemorativas I. Serie editada por la American Book & Printing Co.
Decena Trágica. Daguerre o Escobar.
Decena Trágica. H. J. Gutiérrez. Serie de 63 fotografías.
"H. J. Gutiérrez", la Decena Trágica. Análisis de la serie fotográfica de la "H. J. Gutiérrez".
LOS HECHOS:
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